Es un mito conocido en regiones como Brasil, Argentina y Paraguay con nombres como: Madreselva, Fantasma del monte y Madre de los cerros.
Muy pocas personas han logrado verla, pero se dice que es una mujer corpulenta, elegante, vestida con hojas frescas y musgo verde que castiga a los hombres crueles, perversos, a los que invaden sus terrenos y pelean por linderos, a los perjuros, a los esposos infieles y a los vagabundos adentrándolos al monte con el fin de que se perdieran durante horas.
Vive en sitios enmarañados, con árboles frondosos, alejada del ruido de la civilización y en los bosques cálidos, con animales dañinos.
Se dice también que si esta mujer se baña en los nacimientos de agua la contamina con enfermedades haciendo que quien beba de ellas tenga alucinaciones y no pueda encontrar la salida del bosque; para alejar esta monstruosa mujer es conveniente llevar escapularios y medallas benditas o ir rezando la oración de San Isidro Labrador, abogado de los montes y de los aserríos.