La palabra antropomórfico, describe o califica cuerpos o figuras con cierta apariencia o forma humana, usado habitualmente en el cine, la televisión y la literatura.
De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), el adjetivo antropomorfo se utiliza en la zoología para calificar a los primates que forman parte del conjunto de los catarrinos (tienen los orificios nasales separados entre sí por un tabique y con una apertura orientada hacia abajo) y que carecen de cola.
Los chimpancés, los bonobos, los gorilas y los orangutanes son simios antropomorfos. Por su cuerpo, estos animales resultan muy parecidos a los integrantes de la especie Homo sapiens. De hecho, todos pertenecen a la superfamilia de los hominoides.
Por otro lado, en el cine y la televisión es común que se le atribuyan cualidades humanas a algunos animales, objetos, frutas, entre muchos otros, lo que permite que sus contenidos sean mucho más atractivos para los televidentes, sobre todo si son dirigidos a públicos infantiles.
Estos personajes animados, se caracterizan por sus rasgos humanos, como tener un cuerpo erguido, brazos, pies, pecho, su vestimenta o cualquier similitud física humana, por ejemplo, El Pato Donald, La ratoncita Minnie y Mickey mouse, la pantera rosa, Tom y Jerry, Porky, entre muchos otros que todos conocemos.
Películas como “Cars”, donde los protagonistas son coches que hablan y realizan actividades propias del ser humano, hasta otros como “Madagascar”, donde los animales de un zoo son los que bailan, hablan y viajan como puede hacerlo el hombre son muestras de que el antropomorfismo se convirtió en una gran herramienta para realizar contenido animado y acaparar un gran mercado global.
El antropomorfismo también lo evidenciamos cuando se habla de extraterrestres, pues son imaginados antropomorfos, con cabeza, dos brazos, dos piernas y otras características típicas del hombre.
