Se dice que es el alma errante de una mujer que vaga por los pueblos en busca de sus hijos emitiendo gritos aterradores de llanto.
Nunca se le ve la cara, está cubierta de lodo, tiene el cabello largo y gris, su ropa es harapienta de muchos colores y cubre todo su cuerpo hasta sus pies descalzos, lleva en sus brazos un bebe muerto y llora desconsolada en signo de tristeza y arrepentimiento por haberlo matado.
Quienes la han visto aseguran que no les hace daño a las personas, pero arremete en contra de quienes pretenden acabar con la vida de un bebe, sin embargo, esta solo pide que se les respete la vida.
La gente le teme porque sin duda sus alaridos causan el terror de cualquiera. Se les aparece generalmente a los hombres infieles, a los perversos, a los borrachos, a los jugadores y a todos los que hagan mal.