La Cueva de Altamira es una cavidad que se halla en la localidad de Santillana del Mar, Cantabria, España, es considerada como la Capilla Sixtina del arte cuaternario por las pinturas que hay en su interior.
Las pinturas fueron descubiertas por una niña de 8 años llamada María, hija del paleontólogo Marcelino Sanz de Sautuola, hace 150 años.
Su descubrimiento data de 1875 por parte de Sanz de Sautuola, aficionado a la paleontología, que ya sabía de la existencia de la cueva hace años pero no había visto las pinturas rupestres.
La anécdota del descubrimiento dice que fue la hija del paleontólogo quien admiró por primera vez la belleza de sus famosos bisontespolicromados.
Marcelino Sanz de Sautuola estaba en la entrada de la cueva, mientras que la pequeña María se adentró en ella hasta llegar a una sala lateral donde vio las pinturas. Entonces, corrió a avisar a su padre, que quedó realmente sorprendido.
Actualmente el acceso a la cueva está restringido, ya que la visita masiva durante décadas provoco un deterioro en ella, por lo que para entrar y ver las pinturas originales hay que emplear ropas y luces especiales durante un tiempo limitado.
Semanalmente solo cinco personas pueden visitar la cueva por un tiempo de 37 minutos, los afortunados son seleccionados en un sorteo entre los visitantes del Museo de Altamira, donde además puedes visitar una réplica exacta de la cueva que fue construida para el disfrute de los visitantes.