El monte RushMore es uno de los monumentos más icónicos de los Estados Unidos, ya que en este se encuentran tallados los rostros de los cuatro presidentes mas sobresalientes de dicho país, los cuales son George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.
Cada rostro mide 18 m de altura, fueron tallados entre el año 1927 y 1941 por Gutzon Borglum en Keystone, Dakota del Sur; sin embargo, este gran monumento no se destaca solo por su tamaño o valor cultural, si no por el hecho de que en su interior existe una cámara secreta, la cual está vetada al público.
Al parecer, Gutzon Borglum, el autor de este majestuoso monumento, quería hacer una gran inscripción junto a los rostros de los gobernantes, recogiendo los eventos más relevantes de la historia de Estados Unidos, pero debido a dificultades para inscribir tanta información fuera legible, quiso guardar un tesoro histórico en el corazón de este monte, por ello construyó el llamado Hall of Records, una bóveda ubicada en el interior de la montaña, detrás de los rostros esculpidos.
En la cámara secreta se pretendía atesorar documentos significativos de la historia de Estados Unidos, como la Declaración de Independencia o la Constitución; así como retratos de destacados artistas y científicos americanos, sin embargo, la topografía del lugar impidió que el deseo de este artista se realizara, pues el granito que componía el interior era muy complicado y lento para labrar.
Las guerras, la repentina muerte del artista y finalmente el paso del tiempo acabaron por condenar al olvido el proyecto de la cámara secreta, que permaneció inconclusa hasta 1998, cuando se decidió guardar en ese orificio una caja de madera con varios documentos históricos junto a una biografía de Gutzon Borglum.
La caja fue reforzada con un recipiente de titanio, que quedó enterrado bajo una gran losa de granito a la entrada del Hall of Records, y sobre la losa se grabaron palabras del escultor que resumen la esencia de su proyecto: «Coloquemos allí, talladas en lo alto, lo más cerca del cielo que podamos, las palabras de nuestros líderes, sus rostros, para mostrar la prosperidad que estos hombres nos dieron. Luego hagamos un rezo: que estas inscripciones aguanten hasta que solamente el viento y la lluvia las lleven lejos».
La veta al público de la cámara secreta se debe a que está demasiado cerca de los acantilados y se considera excesivamente peligroso.